viernes, 12 de febrero de 2010

El zumo y yo.

Llevaba toda la tarde entre jugar y pensar en mi juego, y ya a ultima hora jugando al call of duty, que decir, desde luego no fue una tarde muy lucrativa, sin embargo algo que sabia que tenia que llegar llego.

Resulta que mi madre había ido a hacer la compra así que cuando volvió a casa tocaba ir y recoger las cosas del coche que estaba en el sótano, hasta ahí algo bastante normal. Se supone que nos vamos a poner a dieta todos en mi casa, no es que tenga mucha fe en que tenga éxito pero el intento bien puede valer la pena, así que cuando empecé a ver, yogures, barras de cereales, biofrutas etc... empecé a recriminárselo.

Soy de la opinión de que si realmente quieres hacer un cambio en tu vida, en tu forma de actuar, no puedes hacerlo depender de las circunstancias, no puedes voy a dejar de fumar pero si me ponen un cigarro delante fumare por que me han tentado demasiado, voy a dejar de comer guarrerías entre horas pero es que como las compran están ahí tentándome... La responsabilidad es mía, es más fácil considerar que no soy responsable por que es culpa de la proteína tal o de la tentación cual que el ser irresponsable, pero ¿no estas cediendo control sobre tu vida?

Entonces centrémonos en el tema, acababa de colocar el biofrutas en la alacena, y me había quedado solo, desde hace tiempo cuando viene la compra suelo coger algo entre lo que viene y tomármelo, pero esta vez me había propuesto que no, que no lo haría... Resultaba que, aunque conscientemente estaba dispuesto en un principio a no tomármelo, a resistirme, había algo en mi que me golpeaba y practicamente me obligaba a alzar la mano para servirme el zumo. Para empezar me freno en la puerta de la despensa ya con la luz apagada y dispuesto a marcharme, me freno, no es como si tuvieses una voz que te dijese que hagas tal o cual cosa es una sensación de que algo no estas haciéndolo como debes, y luego empiezas a pensar de forma diferente, empiezas a quitarle importancia al haberte propuesto no tomártelo, das un par de pasos y te quedas en mitad de la despensa como un tonto a oscuras con una mano que duda entre impedir que habrá la puerta de la estantería o bloquearla.

Deje pasar un par de minutos de intensa corrupción mental, sin duda se trataba de una especia de dialogo entre mi consciente y subconsciente, o mejor, un pulso. No es que hubiese dos voces, solo una pero que poco a poco iba cediendo, que brutal poder de convicción tiene el subconsciente. Ahora lo pienso y creo que la mejor opción que tenia era la de salir corriendo y no dejar que empezase a encandilarme, no mostrarme indeciso.

Esta vez me volvió a ganar, la próxima vez (que sera en pocas horas) le estaré esperando.

2 comentarios:

  1. ¬¬ un zumo no es una guarrería, lo puedes tomar, pero no entre horas. Mamá los ha comprado porque se pueden tomar pero sin abusar. El culpable entonces eres tu, nadie te está tentando. =P

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